Conocí a un viejo maestro zen, y me gustó lo que no decía. Kuei Shan Lin Yu, China, 771-853 Existe un maestro único y es superior a todos los demás: es aquel que actúa en silencio. Es paciente, tiene certeza de lo que hace, da lo mejor de sí, es incondicional, contribuye a tu felicidad y sobre todo, vela por tu integridad y bienestar. El mejor maestro no espera reconocimiento, sabe quién es y evita enredarse en juegos de ego frente a los otros maestros.
¡Qué bonito! Gracias.
ResponderEliminarL.
Así de sencillo (y de difícil)!
EliminarGracias, anónim@
Hay épocas en las que experimento la dificultad de tal manera que siento o pienso que solo me queda ir a la montaña y la gruta. (Atravieso por una en este momento; me parece que se aúnan cierto cansancio mundanal y algún fruto comprensivo desde zazen. Débil fruto, ¿verdad?).
EliminarLouise
Refugiarse en la montaña o en una gruta...
EliminarPienso que es como el prisionero que cambia el color y la decoración de su celda, pasado un tiempo vuelve a ver, únicamente, las rejas y la puerta.
Necesitamos encontrar la llave que abra esa puerta.
¿Zazen?
Gracias Louise.
Refugiarme en la montaña como un apartarse de las dificultades con el Mundo, sí. Ciertamente, llevo la prisión en mí, hoy. La llevaría. Necesito el traspasar la puerta. Gracias Ángel. Confianza para con mi zazen, y mejor aliento.
EliminarLouise