No es necesario ni gruta ni montaña.

Para aprender a soltar la presa no es necesario refugiarse en una gruta en el corazón de la montaña. Zazen, allí donde sea practicado, hace las veces de gruta y de montaña.

Comentarios

  1. ¡Qué bonito! Gracias.
    L.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así de sencillo (y de difícil)!
      Gracias, anónim@

      Eliminar
    2. Hay épocas en las que experimento la dificultad de tal manera que siento o pienso que solo me queda ir a la montaña y la gruta. (Atravieso por una en este momento; me parece que se aúnan cierto cansancio mundanal y algún fruto comprensivo desde zazen. Débil fruto, ¿verdad?).
      Louise

      Eliminar
    3. Refugiarse en la montaña o en una gruta...
      Pienso que es como el prisionero que cambia el color y la decoración de su celda, pasado un tiempo vuelve a ver, únicamente, las rejas y la puerta.
      Necesitamos encontrar la llave que abra esa puerta.
      ¿Zazen?
      Gracias Louise.

      Eliminar
    4. Refugiarme en la montaña como un apartarse de las dificultades con el Mundo, sí. Ciertamente, llevo la prisión en mí, hoy. La llevaría. Necesito el traspasar la puerta. Gracias Ángel. Confianza para con mi zazen, y mejor aliento.
      Louise

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Óctuple Sendero (8/9)

A mitad del camino...

Siempre hacia delante.