La naturaleza de Buda...

Cuando venimos a practicar al dojo, a meditar, es a menudo porque tenemos la impresión de una carencia que crea nuestro sufrimiento. Buscamos satisfacción en los objetos, pensamos que nos darán la felicidad, pero algunos comprenden bien que esto no funciona. Entonces venimos a meditar. A veces buscamos un despertar que hemos imaginado o del que nos han hablado, nuevamente es buscar un objeto.
En la meditación simplemente dejarse ir en el silencio, dejar que la meditación se haga, olvidar nuestros objetivos, nuestros deseos, nuestras historias personales, nuestros sufrimientos, y ver, vernos a nosotros mismos profundamente, para encontrar esta dimensión sin límite, de espacio sin límite, que es nuestra naturaleza, nuestra Naturaleza de Buda.
¿Podemos hablar de la Naturaleza de Buda con palabras? La Naturaleza de Buda también es llamada fuente original, Dios, conciencia pura, vacuidad. Son simplemente palabras, como postes indicativos, pero es en nosotros mismos que podemos volver a esta Naturaleza de Buda que es luz, silencio, amor. 
La Naturaleza de Buda es pura conciencia. Buda decía: “Pura conciencia de la presencia de sí”. En este mismo momento sabéis que sois, no hace falta utilizar palabras. Ahora, en este mismo zafu, en este mismo cuerpo está la vida. Ya lo sabéis. La conciencia lo sabe. La conciencia ve todo lo que se manifiesta en el cuerpo, alrededor del cuerpo, oye los sonidos de fuera, la lluvia, las campanas. Siente las sensaciones del cuerpo y sin embargo esta conciencia, esta Naturaleza de Buda no tiene forma, está en todas las formas, no la podemos ver porque no es un objeto, es esto lo que ve, es el sujeto.
Y eso se produce directamente en nosotros: ver, oír, sentir, respirar,… La conciencia pura de “yo veo”. La conciencia pura, la Naturaleza de Buda, oye y yo oigo. Está siempre aquí, siempre, ahora.
Entonces de esta revelación nace una primera evidencia: no vale la pena buscar la Naturaleza de Buda, ella es lo que nosotros somos, somos eso. Entonces en la meditación no vale la pena buscar ninguna cosa, la Naturaleza de Buda ya está aquí, “está siempre ya aquí” (Dogen) “siempre aquí, ya”, en esta misma postura, en este mismo cuerpo, en esta misma respiración.
Evidentemente quisiéramos verla, quisiéramos despertar, pero la Naturaleza Buda no es un objeto que se pueda atrapar. ¿Quién podría atrapar la Naturaleza de Buda? ¿El ego? ¿El cuerpo? ¿Los pensamientos? 
La Naturaleza de Buda no puede ser capturada, es la fuente, es el origen, antes incluso que aparezcan las sensaciones o pensamientos o todo lo que vemos. En la meditación aprendemos a ver desde la Naturaleza de Buda, vemos aparecer y desaparecer las cosas. ¿Quién ve esto sino la Naturaleza de Buda?  ¿Somos capaces de abandonar toda idea o deseo personal simplemente dejando que la meditación se haga, tal y cómo es? A veces el cuerpo está incómodo, pensamos o dormimos o estamos tensos o aburridos. ¿Quién ve todo esto? 
Buda decía: El despertar es simplemente permanecer en aquello que ve la aparición y la desaparición de las cosas. No hacen falta esfuerzos, sólo permanecer en el instante presente, sin añadir nada.
 El maestro Wanshi habla en esta frase de la Naturaleza de Buda y dice: “Desde los tiempos sin principio, eso, la Naturaleza de Buda, no está escondida ni cubierta, apareciendo en todo momento, eso florece dentro de todas las transformaciones que son todos los fenómenos, sensaciones, emociones, pensamientos… todo esto es la expresión de la Naturaleza de Buda, es la Naturaleza de Buda despertándose, aquí donde estamos, ahora”. Ser conscientes de esto es la verdadera practica de zazen.

Guy Mokuho MercierMaestro Zen.

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