Un gran maestro...

Un gran maestro es un gran servidor. Debe pensar en sus discípulos sin cesar. A cada uno le imparte una enseñanza y educación particular. A través de una oportunidad, de una ocasión justa, este método apunta a darle a cada uno lo necesario para aumentar la vitalidad de las raíces de su espíritu. (...)
El maestro comprende todo, pero quiere mirar dentro del espíritu de su discípulo. Si el discípulo tiene fe y confianza; la línea de separación, la dualidad, la diferencia y las oposiciones se vuelven unidad entre el maestro y el discípulo, sin ninguna oposición.
La educación consiste en conducir al discípulo al borde del río.
¿En donde está el río? ¿En donde puede beberse agua pura?
La vaca lo ignora, el granjero tiene que llevarla.
El maestro, por su educación, por su formación, por su zazen acompaña al discípulo.
El maestro es el maestro, el discípulo es el discípulo; pero el maestro también es el discípulo y el discípulo también es el maestro.
Taisen Deshimaru Roshi.

Pensamientos y reflexiones de grandes Maestros.
Recop. anónima
Ed. La Mandrágora-1999

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