¿Lección aprendida?

Si dejamos de dividir nuestra experiencia en bueno o malo, todo lo que sucede en el presente deja de estar desintegrado, incluyendo el pasado que se manifiesta ahora.
Si desconocemos que nuestro presente es producto de la dirección inconsciente que hemos dado a nuestros actos, es muy fácil pensar que las circunstancias desafortunadas que vivimos son consecuencias del azar. Por otro lado, cuando ya hemos asumido la responsabilidad de nuestras acciones, podemos comenzar a culparnos de las decisiones o de los errores que cometimos en el pasado y como consecuencia experimentamos insatisfacción en el presente. Pero, al seguir arrastrando nuestras acciones de ayer como errores dolorosos, las convertimos en amarres que frenan nuestro desarrollo y nuestra realización. Si, por el contrario, dejamos de aferrarnos a un pasado tortuoso y lo soltamos, comprendiendo que lo que ha sucedido es una experiencia de la cual hemos aprendido algo, nos liberamos de las consecuencias nefastas de la autorecriminación; dejamos de reproducir las causas y las condiciones de nuestro sufrimiento. Es evidente que si aprendemos las lecciones ya no cometeremos los mismos errores. Es posible que caigamos en otros, pero no los mismos, ya que esto demostraría que no hemos aprendido "la lección".
Conciencia Zen
Reflexiones para la vida cotidiana
Densho Quintero
Ed. Alhue-2006

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