Entrar en la guarida del tigre.
Debemos entrar en la guarida del tigre. Debemos entrar en nuestro interior y hacernos conscientes de las violentas fuerzas que dirigen nuestras vidas y las vidas de aquellos con los que entramos en contacto. Debemos estar dispuestos a estar con nuestra propia violencia, a verla, olerla, sentirla, y a poseerla. Debemos contar con el coraje de proyectarla al exterior de nosotros mismos.
Por lo general, lo que percibimos no es la verdad sino distorsiones provocadas por nuestra propia mente violenta.
Sí practicamos de manera regular, un día nos daremos cuenta de que el poder que la mente violenta utiliza para tenernos en un puño ha disminuido mucho. Hay ocasiones en que incluso desaparece por completo. Es cuando aparece el cielo. Entonces la mente violenta se convierte en lo que siempre fue, en nada mas que el sueño de un demente. Entonces nos damos cuenta que le hemos dado todo el poder que tenía al creer en ella y con la atención que le hemos dedicado. Al no mirar lo que era real.
Tomado del libro "Sabiduría zen para la vida cotidiana" de Brenda Shoshanna - Editorial Oniro