Recto pensar...

Los viejos hoscos maestros del Zen tenían poca paciencia con los tontos. Ellos demostraban que todos tenemos el derecho de elegir. Y cuando elegimos vivir incorrectamente, también elegimos sufrir. No hay necesidad de tenerse uno mismo lástima y no hay lugar para apiadarse de uno mismo en las enseñanzas del Zen.
El jardinero tonto está triste porqué tiene malezas en el jardín, que solamente demuestran su negligencia. El jardinero sagaz mantiene su jardín libre de malezas, y no tiene porqué estar descontento. La maleza no se va sola ni las malas costumbres se corrigen solas.
La clara virtud del Zen
Manly P. Hall
¿El buen jardinero se asusta de los pensamientos salvajes?
ResponderEliminar¿Se asusta el dragón?
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