No-apego.

Aunque la flor del ciruelo sea bella, no la admiraré.
Aunque el cedro y el pino pierdan su verdor, no me afligiré.
Porque el hombre de la Vía se olvida de sí mismo
como el copo de nueve se desvanece con el viento de primavera.
Por eso durante diez años he rechazado myorei (el apego).

Dôgen Zenji.

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