¿Es necesario seguir a un maestro?


¿Es necesario seguir a un maestro?
“¿Practico zazen, y leyendo y hablando con los monjes que practican, he leído y escuchado que, llegado un cierto momento, es necesario tener un maestro para practicar, progresar, continuar.  Entonces ¿Qué es lo que tengo que entender? ¿Es que hay que  seguir a un maestro durante todas sus sesshines? ¿Es que hay que tener encuentros personales con él? ¿Qué necesidad hay de tener un vinculo intimo con un maestro?”
Creo que esto no es algo que se pueda explicar, es algo que  puedes sentir en un momento dado. Pero justamente, en esta Sangha, hace tiempo que este tema surge constantemente: “Tú deberías elegir un godo, tú deberías elegir un maestro, de lo contrario esto no es el verdadero zen”. Es cierto, en la tradición zen es así, pero esto no es algo que pueda ser impuesto por la razón, por los demás. No consiste solamente en leer libros diciendo: “sí, el zen se ha transmitido de maestro a discípulo, es necesario que yo tenga un maestro”. Eres tú, a través de tu práctica, que puedes sentir eso en un momento dado.
El peligro de practicar solo, o simplemente apoyándote en la Sangha, en la comunidad, es la de construirte tu propio zen, de volverte un poco dogmático. Así que el hecho de estar en contacto con tu maestro, puesto que tú lo has elegido y él lo ha aceptado, es una oportunidad para ti de confrontarte con tu zen cómodo, con tus opiniones, con todo aquello que has podido construir con respecto al zen. La confrontación es importante en un momento u otro.
Pero esto no puede ser dictado, impuesto. Pienso que es una evolución que se debe hacer de forma natural. Por ejemplo, en los tiempos del maestro Deshimaru, las personas que practicaban con él mantenían todo tipo de relaciones. No todo el mundo era discípulo próximo, intimo, pero creo que todo el mundo ha recibido su enseñanza en el dojo. Incluso sin palabras, sin tener necesidad de mirarse, de hablar juntos. Estar sentados juntos, estar en comunión en la misma práctica, en el mismo espíritu, esto es lo más importante.
Pero es cierto que si tú solicitas la ordenación a un godo teniendo el deseo de seguir de forma más particular su enseñanza, de tener la oportunidad de confrontarte con él, o bien, sin confrontación; si simplemente su presencia te inspira, te estimula para tu práctica, entonces, en ese momento, busca todas las ocasiones de practicar con él.
Esto debe ser algo íntimo. No debes hacer que esta elección se convierta en algo que tú quieras ver acreditada  imponiéndola a los demás diciendo: “Yo he elegido a este godo, por consiguiente el debe ser el mejor, el único verdadero.” Esto tiene tendencia, en ocasiones, a suceder así y esto envenena el ambiente de la Sangha. Creo que no hay que renunciar a esta relación de maestro a discípulo, puesto que es importante, pero esta relación debe establecerse naturalmente.
Tomado de la Web del Templo Gyobutsuji.

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