Acogiendo - Roland Yuno Rech

En zazen cultivamos un espíritu acogedor. Perfectamente receptivo y presente en todo lo que pasa, sin permanecer en nada, lo que permite estar presente, en la novedad de cada instante. Cada instante, algo, un fenómeno aparece, al instante siguiente algo desaparece.

La vida es así, está hecha de apariciones y desapariciones, de nacimientos y de muertes, de instante en instante. En zazen aprendemos a abrazar ese movimiento de la vida. Nos armonizamos con la realidad como es, sin sustancia, constantemente cambiante, por eso decimos que el espíritu de zazen es un espíritu siempre nuevo, como el agua del río. Parece ser siempre el mismo río, pero en realidad jamás es la misma agua. Esto parece que es siempre el mismo cuerpo, la misma conciencia, pero en realidad, el cuerpo y la mente cambian sin cesar, de instante en instante.

Los que se aburren en la vida o encuentran la existencia monótona, es porque no son capaces de estar presentes en la novedad de cada instante. En zazen aprendemos a no quedarnos apegados a nuestros viejos y coagulados pensamientos.



Roland Yuno Rech,  Godinne, julio 2013


Tomado del Blog "Zen Navarra" del 6 septiembre 2013

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