Kusen de Étienne Zeisler sobre el "Tenzo Kyokun" del Maestro Dogen [28/..]

 KUSEN

 (enseñanza oral durante zazen)

"TENZO KYOKUN"

del

Maestro DOGEN

Comentarios de Ètienne Zeisler


 [28/..]  

Martes 04 de noviembre 1986. (07:00 h)   

Dogen dice: “Reflexionando sobre los que han ocupado la función de tenzo con la actitud justa, sobre el comportamiento de la práctica de la Vía, podemos darnos cuenta que en cada caso, la manera en que realizan su tarea coincide exactamente con las virtudes de su carácter. El despertar de Daigi le sobrevino cuando era tenzo en torno a Hyakujo. La respuesta de Tozan, “tres libras de sésamos“, tuvo lugar cuando era tenzo.

¿Hay algo, sea lo que sea, de más valor que la comprensión de la Vía? ¿Existe alguna cosa más preciosa que el momento de la realización de la Vía?”

En el párrafo comentado la semana pasada, Dogen cita un poema de Seccho:

    Las dos terceras partes de nuestra vida ya han pasado.

     Y no hemos comprendido todavía quienes somos.

    Perdemos nuestro tiempo persiguiendo los deseos.

    E incluso cuando se nos llama, rechazamos dar media vuelta.

     ¡Que pena!

 Kodo Sawaki escribió este poema:

     “El canto del cucú viene de esta dirección.

    Quizás hay montañas.

    El marino gira su timón y cambia su proa.”

Debemos girar, virar en nuestra vida, orientarnos hacia la Vía. Zazen es sin meta, sin provecho, mushotoku. Así pues, debemos cambiar nuestra proa, girar hacia mushotoku. Esto va completamente al encuentro de nuestro ego. Girar hacia la práctica de la verdadera Vía. Buda obtuvo el satori inconscientemente, naturalmente, automáticamente. Shakyamuni, BodhiDharma o Dogen fueron seres humanos, con cuerpo de seres humanos.

Ponerse delante de mushotoku, es muy difícil para el hombre ordinario. Nuestro egoísmo, nuestro ego, dirige nuestra vida, la conduce hacia el dinero, el sexo, el renombre. Pero solamente mushotoku vive la vida verdadera.

Solo los que cambian la dirección de su proa, los que giran, pueden comprender la Vía, obtener la dimensión más elevada, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, como buda, pues este satori, no se puede explicar. No se puede comprender conscientemente, explicarlo. Solamente zazen. La Vía molesta nuestra vida cotidiana, molesta nuestro ego. Zazen molesta nuestro sueño. “Es mejor permanecer en la cama. No quiero ir al dojo” ¡Y sin embargo me levanto! 

Podemos comprender que nuestro espíritu se vuelve puro, calmo, durante zazen. A veces aparecen los bonnos, aparece nuestro subconsciente, pero podemos comprenderlo cada vez, más profundamente. El egoísmo desaparece poco a poco. Los que continúan zazen se vuelven más altos, los más elevados, aquí y ahora.

Daigi era discípulo de Hyakujo. Un día Hyakujo le dijo: “Tengo frio, aviva el fuego” Daigi fue junto al hogar y comenzó a remover las brasas, pero no había más que cenizas, no había nada que ardiera. Dijo a Hyakujo: “El fuego se ha apagado”. Hyakujo se levantó, hurgó a fondo y encontró una pequeña brasa. Llamó a Daigi: “¿Y esto que es? En ese momento Daigi tuvo el satori. Se posternó delante de su maestro y le dijo: “he comprendido la luz en el fondo de mi espíritu” Hyakujo le respondió: “Tu comprensión es errónea” Daigi se quedó en silencio. Era el verdadero satori.

Buda también obtuvo el satori inconscientemente, naturalmente, automáticamente. Él lo trasmitió silenciosamente a Mahakashyapa.

La dirección de Daigi cambió completamente. La pequeña brasa es la verdadera iluminación. Y esta verdadera iluminación no brilla en el exterior, no hace destellos. Zazen es descubrir nuestra luz en el interior de nosotros mismos. En el suelo, en la tierra de nuestro espíritu. Sin dudad, todo el mundo ama la iluminación como un rayo o como la imagen del sol, como un éxtasis. Pero esta verdadera claridad, debemos encontrarla en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu. Tener la verdadera intuición de la existencia primitiva. No correr al exterior para obtener cualquier cosa, ni siquiera el satori.

Al fin Daigi comprendió, permaneció silencioso. Pero la historia no dice nada a propósito del silencio de Daigi. No hay más Daigi, más satori, más Hyakujo, todo se vuelve unidad. Daigi descubrió el punto donde cada fenómeno coincidía exactamente con sí mismo, silenciosamente.

Un día Dogen preguntó a su maestro: “¿Cuáles son los sutras que contienen la enseñanza autentica?” Y Nyojo respondió: “Los que dan el nombre de la familia, el lugar de residencia, los caracteres de cada uno, la época, la nacionalidad” No dejar nada en la sombra es la enseñanza autentica. El interior y el exterior se vuelven unidad. El trabajo del tenzo en la cocina es el satori de Buda. Nuestra vida, nuestra existencia, es la verdad más alta. Es volver a la absoluta condición normal. Si se comprende esto, todo se vuelve la Vía, cada fenómeno se vuelve la Vía.

Un día un monje preguntó a un maestro: ¿Qué es el zen? El maestro respondió: “Un bastón de mierda”.”Que es Buda?” El maestro mostró el altar sobre el cual habían dos estatuas, una sentada, la otra de pie, y le dijo: “este está sentado, este está de pie”. Ahora algunos imitan las respuestas y hacen koans espectáculo.

Si haceis zazen, podéis realizar la naturaleza absoluta de vuestra vidad, cada cosa es Buda. ¿Qué es Buda? El seguro de desempleo es Buda. Debemos volver a la raíz de nuestro espíritu. Es zazen. Es el verdadero satori que coincide exactamente con cada fenómeno.

Tozan era tenzo, se le preguntó: “¿Quién es Buda? Estaba a punto de pesar el sésamo y respondió: “Tres libras de sésamos” La verdad está aquí y ahora.

Dogen escribe: “Reflexionando sobre los que han ocupado la función de tenzo con la actitud de la práctica de la Vía, podemos comprender que la manera como trabajan corresponde a las virtudes de su carácter. El despertar de Daiji le sobrevino cuando era tenzo junto a Hyakujo. La respuesta de Tozan tuvo lugar cuando era tenzo. ¿Qué hay, sea lo que sea, que tenga más valor que la comprensión de la Vía? ¿Existe un momento más precioso que el de la comprensión de la Vía, que el de la práctica de la Vía?”

De mayor valor, el más precioso, significa mushotoku. No hay nada a ganar. Nada a añadir. No es como comprar un coche nuevo, una casa nueva, o adquirir un saber suplementario, es solamente la práctica. Ser ligado, se vuelto por zazen, hacia el canto del cucú. Es seguir la verdad más alta, confirmarse a esta práctica aquí y ahora. Por esto Dogen dice: “Es inútil cambiar nuestro cuerpo, inútil cambiar nuestro espíritu. Debemos simplemente seguir la práctica de los otros, implemente hacer un esfuerzo para seguir. Si se sigue, se pueden olvidar las viejas ideas, las viejas categorías.” 

 Continuará...  

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