Trampas y Promesas de la Vía, por Gérard Chinrei Pilet (02/..)

TRAMPAS Y PROMESAS DE LA VÍA

Por Gérard Chinrei Pilet, maestro zen

CAPÍTULO I

VÍA ESPIRITUAL Y DEMANDAS DEL YO

Demandas del yo y acontecimientos de nuestra vida

Cuando empezamos a dar los primeros pasos en la Vía, esta ilusión de la separación, salvo casos excepcioneles, no se disipa de un día para otro. Es decir que la vivimos en medio del ego y de sus demandas, las que inevitablemente se proyectan en nuestra forma de seguir y practicar la Vía. No saber o no querer reconocelas e identificarlas, es correr el riesgo de que el ego use el camino espiritual para su provecho.

No os equivoquéis, estas demandas no son faciles de evitar, a veces ni siquiera reparamos en ellas, pueden ser extremadamente sutiles, incluso inconscientes y concernir algo más que de la búsqueda de una buene salud, la obtención de una fuerte energía o una mayor eficacia en la acción. Más sutil es la demanda de que por la vía, cambien los acontecimientos de nuestra vida, que la suerte, por fin, nos sonría, que tras repetidas dificultades nos sucedan acontecimientos favorables, mientras que, fundamentalmente la Vía incluso va a hacernos acceder a esa felicidad que no depende de los acontecimientos felices o desgraciados de nuestra vida, lo que el Buda llamaba "ananda".

Ananda es esa felicidad no condicionada que no depende de nada. Concretamente significa que sean cuales sean los acontecimientos de nuestra vida, constantemente hacemos la experiencia de un espacio de serenidad y de alegría tranquila que nada puede quitarnos. Que llueva o haga sol, que nuestra pareja nos llene o nos frustre, que tengamos éxito en la vida social o que fracasemos, siempre está en nosotros ese estado de serenidad que hace que ya nada sea un drama. Buda estaba asentado en esta felicidad constante de ananda y por ello le llamaban el "Bienaventurado". Nada podía afectar su tranquíla alegría, ni los problemas de la dirección de una shanga, ni el odio de su primo Devadatta que varias veces intentó matarlo. Asentado más allá de la dualidad felicidad/desgracia y más allá de aquello que los acontecimientos de la vida pudieran darle o quitarle, no estaba ya a merced de estos acontecimientos.

No es el caso del que vive en el mundo del ego, ya que su felicidad o desgracia dependen de los acontecimientos exteriores sobre los que no tiene poder real.

Seguir la Vía con la esperanza de aumentar sutilmente nuestro poder sobre los acontecimientos  es quedarse en la lógica del ego y en la frágil felicidad condicionada que eventualmente puede derivarse de ella, es también poner la vía al servicio de esta lógica que uno sin embargo aspira franquear.

Es la razón por la que este tipo de camino es una verdadera trampa en la Vía. como lo es de forma general, el apégo a los méritos que puedan acumularse por la práctica espiritual.

Está claro que existen estos méritos y que constituyen un buen karma para el futuro, sin embargo, atarse a ellos es un obstáculo para liberarse, pues este apego refuerza el ego y los méritos, objeto de apego, no son percibidos como tales, sino desde el punto de vista de este ego. Yoka Daichi en su célebre "Canto del Despertar", nos pone en guardia contra esta trampa. En un hermoso poema dice que los méritos surgen del mundo de lo condicionado y "no se pueden comparar con la puerta de la realidad no condicionada que franqueamos de un brinco para entrar en la tierra del Buda". ¿Como expresar más clara y hermosamente las diferencias entre el mundo de los méritos y la vía de la liberación?

Tan perjudicial es la actitud  opuesta que consiste en despreciar por negligencia o por un digamos desapego del mal karma, los méritos acumulados. Cultivando a sabiendas el mal karma, no estamos más allá de los méritos que estando atados a él.


Continuará...

Gerard Chinrei Pilet
Trampas y Promesas de la Vía.
Articulos y Conferencias de Gerard Chinrei Pilet
Asociación Zen Internacional, fundada por el Maestro Taisen Deshimaru - Dojo zen de París.

Traducción del Dojozen Genjo de Pamplona/Iruña

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