Trampas y Promesas de la Vía, por Gérard Chinrei Pilet (09/..)

TRAMPAS Y PROMESAS DE LA VÍA

Por Gérard Chinrei Pilet, maestro zen

CAPÍTULO III

A PROPOSITO DE ALGUNAS CONFUSIONES PERJUDICIALES

Vacuidad y nihilismo
 
Sabemos que el Nihilismo es una doctrina que proclama la negación de todos los valores reconocidos o, para retomar la fórmula de Nietzche es "el abandono radical del valor, del sentido y de lo deseable".

El Nihilismo como su nombre indica proclama la "nada". A su modo, la doctrina del Buda, tambien proclama "la nada", a través de la noción de vacuidad y sin embargo, ambos utilizan palabras cercanas, incluso a veces idénticas, el nihilismo contemporáneo y Buda no transmiten en absoluto lo mismo. Y no desembocan en el mismo resultado: el Nihilismo proclama una falta que desemboca en la desesperanza. La consciencia de la vacuidad inherente a los fenómenos desemboca en la experiencia de una totalidad que todo lo colma.

Hay una condición para esta experiencia: que la noción de vacuidad sea comprendida correctamente. Hay que confesar que no es a menudo el caso. Por varias razones entre las que están nuestras proyecciones en ella y la clase de proyecciones a las que puede incitar.

Tomemos por ejemplo el caso de una persona que surgida de un estado de depresión latente proyecta en la noción de vacuidad una especie de apatía y pasividad frente a la vida. Será tanto más facil hacer esta proyección ya que encontrará una inesperada justificación espiritual de su estado interno. "Todo es ku", (vacuidad en japonés), dirá. Para qué comprometerse en esto o en aquello. Todo es solamente un sueño, una ilusión. No tengo necesidad de hacer nada. De todas formas, no hacemos nada por nosotros mismos. Tal persona cree de buena fe, vivir en profundidad la vacuidad, mientras que no hace sino reforzar su inapetencia de vivir. Pasea así su lasitud "espiritual" en el mundo con un trasfondo de tristeza melancólica mientras que la auténtica experiencia de la vacuidad es un estado de alegría y ligereza.

A este ejemplo añadimos otro cercano: la vacuidad usada como excusa para retirarse del mundo y los compromisos, bajo el pretexto de que "todo es ku", que todo es ilusión. La persona en este caso, va a justificarse consciente o inconscientemente por su espiritualidad, sus ganas de salir por la tangente con relación a los problemas de la vida cotidiana. Cada vez que sea intensamente interpelada por la vida o que sea puesta en entredicho para tomar sus responsabilidades , en nombre de la espiritualidad huirá, invocando la vacuidad de todo. "Eso no es importante, de todas formas -dirá- nada es importante". El Maestro Deshimaru en la enseñanza que daba durante la meditación sentada (zazen), decía a menudo que: "Practicar zazen es entrar en su ataúd y desde este ataúd nada parece importante". Sin embargo esto no le impedía al mismo tiempo enseñar a sus discípulos. Lo que es importante es hacer exactamente lo que se tiene que hacer y dar importancia a lo que puede parecer que no es más que un detalle; esto tampoco le impedía mostrar un gran dinamismo en la acción y una gran alegría. Esta es, sin dudarlo, la marca de la vacuidad correctamente comprendida. Así nos trae alegría y no tristeza; ánimo y no una apatía sombría.

Un último ejemplo concierne a la tendencia a confundir vacuidad con la ausencia de sentido. La puesta en marcha de esta confusión es ampliamente favorecida por la existencia de una latente depresión, fuente de cierto pesimismo. Las personas depresivas o predispuestas, sienten a menudo un vacío en su interior que puede acompañarse de una angustia difusa más o menos crónica y del sentimiento de una falta de sentido. Tal configuración interior puede proyectarse fácilmente en la noción de vacuidad, falseándola completamente. En efecto, la verdadera vacuidad no tiene nada que ver con el vacío de la depresión. Este vacío es la expresión de un "agujero", de una zona de sombra unida a un sentimiento de inseguridad que a menudo remonta a la primera infancia, mientras que la vacuidad vesdaderamente comprendidad, se acompaña de un sentimiento de plenitud y de complitud.

Para percibir con exactitud la enseñanza de la irrealidad del mundo subyacente a la noción de vacuidad hay que hacer la experiencia de lo que Vimalakirti llama  Lo Real. Esta experiencia previene del riesgo de una deriva nihilista en la comprensión de la noción de vacuidad.

Este ir a la deriva enseña que es necesario tomar consciencia de las zonas en sombra de nuestra alma y que a veces es útil permitir su clara expresión para que no se nos manifiesten a traición bajo la forma de proyecciones que falseen la comprensión de la enseñanza transmitida por los maestros.


Continuará...

Gerard Chinrei Pilet
Trampas y Promesas de la Vía.
Articulos y Conferencias de Gerard Chinrei Pilet
Asociación Zen Internacional, fundada por el Maestro Taisen Deshimaru - Dojo zen de París.

Traducción del Dojozen Genjo de Pamplona/Iruña  

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