Las tres sombras, los tres venenos...

Gérard ChinRei Pilet.

Sesshin de Artajona (Navarra), 1,2 y 3 de Noviembre, 1996

Sábado 2-11-1996 - 7:00 h. 

La sombra de los pinos depende de la claridad de la luna. Durante zazen, cuando la luna de la conciencia hishiryo se manifiesta, esa conciencia neutra, podemos observar nuestras propias sombras, aquello que intentamos esconder a nosotros mismos o a los demás. La fuerza del zazen del Buda Shakyamuni le permitió observar con toda profundidad sus propias sombras; sus sombras tambien son las nuestras. Buda las clasificó en tres categorias: la ignorancia, la cólera, la avidez. Estas tres sombras de las que habla el Budha Shakyamuni podemos observarlas en nosotros mismos, sobre todo cuando brilla la luna de zazen, la luz de la conciencia hishiryo.

Buda llamó a estas tres sombras los tres venenos. Rechazar la cólera, reprimirla, no es sabiduría y además no es nada bueno para la salud, puede provocar úlceras, problemas de corazón, dolores de cabeza, etc. Si meteis dentro la energía de la cólera, no solamente no sois sabios sino que además os hacéis daño; pero si expresáis la cólera identificandoos con ella tampoco sois sabios, y además podeis hacer mucho daño a los demás, además de a vosotros mismos. Si os identificáis con la cólera, es ese veneno del que habla Shakyamuni. ¿Cual es la solución para integrar la cólera sin jugar a los sabios? En algunos es necesaria una ayuda psicológica, por ejemplo una psicoterapia, por medio de la cual la persona podrá expresar la rabia olvidada en el fondo desde hace años, pero el remedio último para la cólera es la realización espiritual por medio de zazen; zazen en vuestro caso, puesto que vuestra vía es el zen.

El fuego de la cólera se apaga totalmente cuando se hace realidad profundamente la unidad con el cosmos, con todos los seres, con todas las cosas; en esa realización se encuentra la paz, la paz profunda de la conciencia, es precisamente esa paz profunda la que saca las raíces de la cólera.

Algunos maestros dicen que el ser humano nace siempre en un estado de cólera y que cuando no hay una relación telepática con la madre, la cólera se transforma en rabia; la rabia sería así una expresión de la angustia ante la separación de la madre. Pero volver a encontrar la unidad con la madre no es suficiente; de cualquiera de las maneras, el cordón umbilical hay que cortarlo un día u otro, la vida es cortar el cordón. La única forma de volver a encontrar la unidad es hacer realidad la conciencia cósmica, la conciencia de que no estamos separados de nada, la conciencia de que todo está en mí y yo estoy en todo. Esa conciencia suprime la angustia de la separación y la supresión de esa angustia suprime la raíz de la cólera. Después, a partir de ese momento, incluso si verdaderamente montas en cólera, no estás verdaderamente en cólera, igual que Sensei, cuando montaba en cólera no había nada detrás, su conciencia no quedaba afectada, por eso salía de la cólera en un segundo, las raices de la cólera ya no existian.

Como veis, la enseñanza de Buda no es palabrería, su enseñanza llega hasta las tripas de la condición del hombre, hasta las sombras fundamentales.

Dos minutos más, no os movais.

Concentraros en la postura, dejad pasar todo, incluso la espera de que suene la campana, dejadla pasar.

 

Sesshin de Artajona (Navarra) 1, 2 y 3 Noviembre 1996

Dirigida por Gérard ChinRei Pilet, maestro zen.

Organizada por el Dojo de Pamplona / Iruña.

Traducción de Begoña Agiriano.

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