Jû-Undô-Shiki, las reglas del dojo, del maestro Dogen (2)

Jû-Undô-shiki, las reglas del dojo,del maestro Dogen

Regla número 2:

Todos los monjes de este dojo deben intentar vivir en armonía los unos con los otros, como la leche se mezcla con el agua, y, con los demás, deben intentar abrir sus ojos a la sabiduría más elevada. Vuestra posición de discípulo se convertirá más adelante en la de maestro, es decir parecida a Buda y a los patriarcas. Por esta razón, se dice que aquí podéis encontrar un amigo difícil de encontrar ordinariamente y hacer cosas difíciles de hacer ordinariamente. Intentad siempre no tener más que un objetivo, entonces seréis parecidos a Buda y a los patriarcas, ligados en unidad a vuestro cuerpo y a vuestro espíritu. Estáis ya separados de vuestra morada y de las otras habitaciones humanas. Habitáis entre las nubes y el agua viva, tened cuidado de vosotros mismos en la práctica de la Vía. Por todo esto, tenéis una gra deuda de gratitud para con los demás monjes, incluso más elevada que la que tenéis con vuestros padres. Los padres pertenecen al mundo de la impermanencia, mientras que los otros monjes serán vuestros compañeros eternos en la práctica de la Vía.


Versión de Étiene Mokusho Zeisler

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