Kalama Sutra (6) - Roland Yuno Rech.

 Nirvana viviente

Cuando entramos en el dojo y pasamos la viga de entrada con el pie izquierdo, hacemos gassho y, en ese momento, abandonamos todas las preocupaciones de la vida social, para concentrarnos sólo en la práctica con el cuerpo, aquí y ahora. Sólo la práctica en este dojo, todo lo demos es abandonado. Es como cuando damos un paso adelante en kin-hin, abandonamos el paso precedente. Cuando nos concentramos en la postura de zazen, en la respiración, no existe más que el pensamiento concentrado en la postura y la respiración, todos los otros pensamientos son abandonados. Es lo que llamamos shikantaza, sólo sentarse, abandonar el resto. 

Esto quiere decir que, aquí, estamos vacíos de todo lo demás, despojados, datsu raku, despegados de todas las preocupaciones que no sean la postura, sólo el mentón entrado, sólo estirar los riñones, sólo empujar el cielo con la coronilla, sólo relajar los hombros, sólo concentrarse en la espiración, una espiración tras otra, sólo esta espiración, sin pensar en la de antes ni en la de después, sin pensar en el fin de zazen, sin pensar en la duración hasta el fin, sólo aquí y ahora.

Cuando estamos verdaderamente concentrados en la postura, no tenemos necesidad de pensar ni en la postura, ninguna necesidad de pensar en la respiración, la dejamos hacer naturalmente. Estamos despojados de la respiración, en ese momento, no queda nada, incluso nos despojamos de esa nada, no nos apegamos a nada. 

Incluso la vacuidad es algo condicionado, es siempre la vacuidad en relación a algo, siempre vacío de algo, vacía de pensamientos, vacía de preocupaciones, esta vacuidad es impermanente pues rápidamente aparecen nuevos pensamientos. 

No podemos permanecer en la vacuidad. Cuando realizamos que incluso la vacuidad es vacío e impermanente, podemos realizar el verdadero desapego, la verdadera liberación: libre del deseo de asir cualquier cosa o de permanecer en alguna parte, incluido el deseo de permanecer en la vacuidad. 

Acabo de explicaros  en otras palabras la enseñanza de Buda a Ananda a propósito de la vacuidad. Es lo que permite ser liberado del apego a los objetos de los sentidos, de ser liberado igualmente del deseo de existir, de ser liberado de la ignorancia. Es el corazón de la enseñanza de Buda Shakyamuni a propósito del despertar y a alrededor de mil años después de ese despertar, el Maestro Sosan decía: “Penetrar la vía no es difícil, ser simplemente sin avidez ni odio, sin elección ni rechazo.” Es el corazón mismo de la práctica de zazen. Eso incluye ser sin avidez respecto del satori, sin odio a las ilusiones, completamente libre. 

El Buda añade: “Aquí, en esta práctica, en este estado de espíritu, no existe preocupación a causa de los deseos por los objetos de los sentidos o la existencia. Tampoco tenemos asuntos a causa de la ignorancia.” 

Y añade: “Sólo hay asuntos que se producen a causa de las seis esferas sensoriales, condicionadas por nuestra vida, por este cuerpo.” Por ejemplo, continuamos teniendo hambre, continuamos teniendo sed. Nos caemos y nos hacemos daño. A veces nos duelen las rodillas, a veces caemos enfermos. Las preocupaciones y los dolores ligados nuestra existencia corporal persisten. Las preocupaciones ligadas a los tres venenos son abandonadas. 

Esto es lo que el Buda llamaba nirvana viviente, incluso en medio de los fenómenos en los que se encuentra la vejez, la enfermedad y la muerte. Si abandonamos los tres venenos, es posible vivir libres y en paz.

Roland Yuno Rech.

Kalama Sutra - Sesshin de Aachen (Alemania), 3 al 5 de diciembre de 1990


DOJOZEN GENJO-SUSTRAIA  PAMPLONA / IRUÑA



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