En el momento de la ordenación hay un contacto que se llama menju , el frente a frente, el cara a cara, los ojos fijos en los ojos, entre el maestro que da la ordenación y el discípulo que la recibe. A través de esto quedamos unidos a toda la tradición, a toda la transmisión desde el Buda Shakyamuni, a través de todos los patriarcas. Al mismo tiempo, esta relación con el maestro nos permite recibir una enseñanza y esta enseñanza, a mi entender, no es otra que expresar todos los aspectos de la postura de zazen y de nuestra práctica de zazen. Y eso en dos palabras es el "qué", el "porqué"´ A pesar de que digamos que no hay meta, con todo y con eso hay un sentido. Roland Yuno Rech, monje zen. Tomado de Zen , Revista de las asociaciones zen de Andalucía, Cataluña y el Pais Vasco, número 10 - 1996